En español

En un esfuerzo por comunicar las experiencias de nuestras misioneras con las Hermanas, colaboradores y amigos por todo el mundo, hemos traducido al español algunas de sus últimas reflexiones. Esperamos que así, las puedan compartir con más personas e invitarlos a caminar juntos con los Misioneros del Verbo Encarnado.

[In an effort to communicate our missionaries' experiences with Sisters, supporters and friends around the world, we have translated a few recent entries into Spanish. We hope this will serve to share with and invite more people to journey with our Incarnate Word Missionaries.]

8 octubre 2010

por Kelli Nelson, MVE en Chimbote, Perú

EMOCIONES DE UN CORAZON AGRADECIDO

El deseo profundo de mi corazón es ser como un girasol que con su “cara” y ser da testimonio de su fidelidad al sol viviendo una vida que expresa y invita al amor nacido de una profunda confianza en la Divinidad presente en toda la creación.

Rezo mientras voy por el camino a la espiritualidad de la absoluta libertad en comunidad con los que me rodean, para que podamos reescribir la narrativa maestra transparentando la realidad de toda la gente y con la gracia de Dios transformar las estructuras sociales opresivas. Sea cada acción y palabra una oración, un baile, una canción para continuar el trabajo más allá de un dulce sueño. En celebración y gratitud…

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15 octubre 2010

por Nicole Tardio, MVE en Mongu, Zambia

ESTAR PRESENTE

Después de un mes aquí en Zambia encontré sentido a un tema que ha sido recurrente en muchos aspectos de mi vida. Incluso durante el tiempo de preparación antes de venir a Zambia, en la orientación en San Antonio, recibí diversos consejos muy valiosos de gente muy sabia.

Una y otra vez estas conversaciones se centraron en estar presentes con la gente – no estar muy ocupadas haciendo cosas que te hacen olvidar la verdadera razón por la que estas ahí: estar con la gente, aprender de ellos, y dar y recibir el amor de Dios. Me recordaron tomar m tiempo, ser paciente y disfrutar cada momento sin importar que tan simple este pueda ser. Celebrar cada día, cada nueva persona que conozco y cada nueva palabra que aprendo. Así que mientras hago la transición a la vida de Zambia, he recordado varias veces mi enfoque principal.

Una noche en la iglesia la lectura fue sobre la historia de la visita de Jesús a María y a Martha. La lectura tuvo un significado especial para mi porque pude identificarme tanto con María como con Martha. Poco a poco me voy adaptando aquí y me mantengo ocupada haciendo cosas: tengo listas de personas que debo contactar, con quienes debo tener una cita y lugares que visitar durante el día. Todas estas son tareas necesarias pero esta lectura me hace recordar y me inspira para que cada visita, cada llamada telefónica, sea un verdadero encuentro con la persona que estoy conociendo o con la que estoy hablando. Es difícil ir a lo largo del día sin ver o escuchar realmente a la gente con la que nos encontramos. Creo que estoy llamada a escuchar realmente, como María lo hizo, a hacer que cada persona se sienta especial porque Jesús está presente en cada persona que conozco.

Actualmente estoy leyendo un libro que habla de ver a Dios en todo, incluso en las situaciones más difíciles en las que nos encontremos. Un capítulo se enfoca en mirar las cosas desde la perspectiva de Dios y no enfocándonos en nuestra propia perspectiva. Que tan frecuente es que nuestra preocupación principal es “hacer cosas” por los demás y por Dios. Qué tan frecuentemente nos atrapamos en nuestro propio desempeño. Por el contrario, el deseo de Dios es enfocarnos simplemente en ser. El está más interesado en la persona que estamos siendo que en que en las cosas específicas que estamos haciendo. Esto es muy reconfortante para mi en este tiempo en que lucho por encontrar mi lugar aquí en Mongu en diferentes organizaciones y programas que ya están establecidos. Como sucede en cualquier lugar al que nos mudamos, es un reto integrarte en una comunidad. Lentamente voy integrándome y lo que me he dado cuenta hasta ahora es que la gente no está necesariamente interesada en que yo sea una enfermera o que yo haya venido a trabajar en varios sitios. Ellos están interesados en conocerme y cada día yo hago mayor contacto con la gente, simplemente estando aquí, Qué irónico!

Este es un reto diario – un reto muy bienvenido – estar presente en todos los lugares donde estoy trabajando, estar presente en casa, con mi comunidad, durante la oración y en misa. Un día, la semana pasada, al final del día me senté a cenar y a ver la TV por una hora antes de ir a la cama. Bueno, justo a la mitad del programa se fue la luz y al principio estaba un poco frustrada de estar ahí sentada en la oscuridad, pero Sor Cristi vino a rescatarme con una linterna. Así que Sor Clara, Sor Cristi (miembros de mi comunidad) y yo nos sentamos y al principio nos veíamos unas a otras. Después alguien tuvo la idea de armar el ventilador que habíamos comprado ese día. El armado empezó al principio un poco extraño, pero pronto estuvo listo. Con las tres trabajando en esto ahí estaba listo con la rejilla y las aspas intactas.

Sin electricidad para probarlo mientras las risas continuaban alrededor de la mesa con la vela de la cena.

Mi molestia por la situación del apagón desapareció rápidamente y repentinamente estaba agradecida por este tiempo en comunidad.

Me di cuenta que algunas veces estoy ante la presencia de gente sin estar presente para ellos. Fue necesaria una pequeña llamada de atención de Dios al eliminar las distracciones para apreciar a las personas de mi alrededor en ese momento y por esto estoy sumamente agradecida.

Así que estar presente para mi es “SER” activamente ser: cuerpo, mente y corazón todos involucrados.

Presencia es escuchar y participar con los demás. Es un llamado para conocer y reconfortar a otros. No es pasiva sino activa. Es una sonrisa, un cumplido, una palabra de aliento y siempre libre de cualquier juicio.

Creo que Jesús es nuestro mejor modelo para casi cualquier cosa, pero especialmente para estar presente!

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15 noviembre 2010

por Marcelle Keating, MVE en Chimbote, Perú

MOMENTOS DE GRACIA

En mi tercer día de trabajo en el hospicio me pidieron que bañara a un paciente que acababa de morir esa mañana.

El había sido admitido tan solo el día anterior. Cuando lo conocí me pareció un zombie. Difícilmente podía reconocer a alguien, con la boca abierta y asombrado, mirando al techo.

La muerte vino como una bendición ese día, pero su familia estaba ahí, luchando. Es costumbre en Perú que la familia tome responsabilidad y proporcione lo necesario para preparar el cuerpo para el entierro, pero ellos naturalmente pidieron ayuda.

El personal me pidió que ayudara con el baño, cuando les pedí su toalla, buscaron entre las pertenencias del paciente y una de ellas me dio un par de prendas de ropa interior sin lavar. Siempre veo con humildad que la gente trabaja con lo que tiene disponible. Así que con mis manos con los guantes como esponja de baño y la ropa interior como toalla me las arreglé para bañar al paciente.

Uno de los familiares se quedó viéndome con ansiedad, para checar que todo estuviera bien hecho. No la sentí exigente. Ella era la más fuerte, tratando de mantener todo en orden para los demás. Los otros familiares entraban y salían de la habitación.

Las mujeres lloraban y algunos hombres estaban como ausentes. Ella me ayudó a vestirlo. Después de la muerte, los fluidos del cuerpo tienden a escurrir. Así que al final tuve que cambiar los algodones de la nariz y boca ya que estaban empapados en sangre.

Sentí que el trabajo fue muy tranquilizador. No había prisa. Dios nos da la gracia de perseverar y encontrar la fortaleza suficiente para cada día.